lunes, 23 de julio de 2012

Prisión preventiva para la mujer de Vildoza

Ana NMaría Grimaldos, la esposa del marino Jorge Vildoza, estuvo prófuga 24 años. La apropiadora, presa y procesada

La jueza Servini de Cubría confirmó la prisión preventiva de la mujer de uno de los ex jefes de la ESMA. Están acusados de la apropiación del hijo de Cecilia Viñas, detenida desaparecida. Ella dijo que Vildoza murió, pero no hay ninguna certificación oficial.

 Por Alejandra Dandan y Nora Veiras

Ella estuvo prófuga durante veinticuatro años y quienes siguen la causa están convencidos de que lo hizo porque estaba adoctrinada para hacerlo. Es Ana María Grimaldos, la esposa de Jorge Vildoza, uno de los jefes de la Escuela de Mecánica de la Armada. La jueza María Servini de Cubría acaba de procesarla por la apropiación de Javier Penino Viñas, el hijo de Cecilia Viñas y Hugo Penino nacido durante el cautiverio de su madre en el centro clandestino de la Marina. Grimaldos permanecerá en la cárcel de Ezeiza, aunque por sus 76 años los abogados intentan un arresto domiciliario que el juzgado aún no resolvió. Lo que ahora queda pendiente es la pregunta sobre dónde está el propio Vildoza. Su mujer asegura que es “viuda”, pero no aportó ningún papel que lo respalde. El juzgado allanó dependencias de las Fuerzas Armadas y encontró, en cambio, que no hay papeles que indiquen que está muerto. La pensión que ella siguió cobrando durante todo este tiempo a través de su hijo –aun como prófuga– corresponde a la de quienes tienen maridos dados de baja pero siguen con vida. Por todo esto, en el juzgado lo “buscan como si estuviera con vida”. A Grimaldos la detuvieron la primera semana de julio mientras estaba a punto de viajar para conocer al segundo hijo de Javier, el hijo de Cecilia Viñas, que aún mantiene contacto con sus apropiadores. Se sabe que mientras estaba prófuga, ella y Vildoza entraron y salieron del país durante dos décadas con identidades falsas. Frente a Servini, la mujer se negó a declarar. Poco después presentó un escrito en el que dice haber desconocido el origen del niño. Y asegura ser “viuda”, un dato que para los familiares de Cecilia intenta frenar la búsqueda de Vildoza y que el juzgado empezó a investigar porque, a su vez, la mujer cobró (y cobra) una pensión de la Armada a través del Instituto de Ayuda Financiera (IAF),

“La mujer no dijo ni cuándo murió, ni dónde fue, ni dónde vivía”, dice una fuente del juzgado. “Dice ser viuda, pero nunca trajeron nada que demuestre que haya fallecido este hombre, ni un certificado de defunción, ni dónde murió si es que estaba afuera del país, así que a él lo seguimos buscando como si estuviera con vida.”

Los datos que alientan la hipótesis de la sobrevida se encontraron en la serie de allanamientos que el juzgado hizo en el Edificio Libertad y en el Instituto de Ayuda Financiera para Pagos de Retiros y Pensiones militares (IAF), entre otros lugares. En ninguno apareció un solo documento sobre la muerte de Vildoza. Y, en cambio, del IAF se obtuvo una hipótesis que puede indicar lo contrario.

A Vildoza le dieron la “baja” de la Marina por rebeldía a partir de la resolución número 305/87, conforme a la sentencia judicial dictada en la causa ESMA, de marzo de 1987. A partir de ese momento por el reglamento militar, la fuerza empezó a pagarle los haberes a su mujer como suele suceder con el resto de los casos, un derecho constitucional que no puede ser eximido –dice una de las fuentes– aunque exista una causa como los crímenes de lesa humanidad. La resolución contempló además la existencia de un menor de edad en la familia, que era Javier Penino Viñas. Y un dato que surgió de la investigación del juzgado es que el cobro de la pensión se hizo a través de uno de los dos hijos biológicos de Vildoza: Jorge Ernesto Vildoza, que según los datos de la Armada, fue personal civil de Inteligencia de la Armada (PCI) entre 1980 y 1988.

De acuerdo con fuentes de esa fuerza, hay un modo de saber si el IAF le pagó a Grimaldos en condición de esposa de un militar dado de “baja” o como “viuda”. Estos son los datos que a su vez observó el juzgado. Allí indican que después de una “baja”, el familiar que recibe la pensión obtiene el 80 por ciento del sueldo. Si, en cambio, la familia declara la muerte, el ingreso se reduce al 70 por ciento de ese 80 por ciento. Eso es lo que no habría hecho la familia porque siguió cobrando los haberes sin reducción.

La historia de Cecilia Viñas es una de las más recordadas. Permaneció con vida y en un lugar de cautiverio en democracia, desde donde hizo ocho llamados a su familia. Entre otros centros clandestinos pasó por la Base Naval de Buzos Tácticos de Mar del Plata. En el marco de esa causa, se investiga en este momento a Roberto Pertusio, jefe de Submarinos de la base, quien con su mujer aparecen como padrinos de Javier. De confirmarse ese dato, el rol permitiría abrir una pregunta aún no resuelta sobre la relación del marino con la entrega del niño. Pertusio a su vez pone de manifiesto la intrincada trama de solidaridad de los marinos. En 2008 figuraba como consejero del jefe de la Armada Jorge Godoy en el Centro de Estudios Estratégicos, mientras ya estaba con arresto domiciliario desde hacía dos años por los crímenes de la dictadura. Luego de la denuncia de este diario, la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, dio la orden para que lo saquen. Pertusio fue condenado por la represión ilegal en la Base Naval marplatense.

Vildoza padre, en tanto, además de en la ESMA, estuvo destinado en Londres como ayudante de la Agregaduría Naval de la embajada argentina, entre 1979 y 1981. La Armada dice que intentó nombrarlo en el ’78, pero por los antecedentes no pudieron hacerlo. En 1997 quedó incluido en la lista de veteranos de Malvinas, por lo que le correspondía una pensión militar que como estaba prófugo nunca se presentó a cobrar.

Grimaldos fue procesada por sustracción, ocultación y retención de Javier y falsificación de documento público. Con Vildoza tuvieron solo dos hijos, un varón Jorge Ernesto, y una mujer. El otro Vildoza, llamado Angel Gustavo, que es oficial de la Armada, no tiene filiación con el represor.

jueves, 12 de julio de 2012

Realizaron cuatro allanamientos para recabar información por el represor Vildoza

La búsqueda continúa 35 años después

La Justicia reactivó la investigación sobre el prófugo Jorge Vildoza, apropiador del hijo de Cecilia Viñas y Hugo Penino. Su mujer dijo que estaba muerto, pero no hay constancia de ese hecho.

 Por Victoria Ginzberg

Cecilia Viñas y Hugo Penino fueron secuestrados el 13 de julio de 1977 en la ciudad de Buenos Aires. Ella estaba embarazada de siete meses. Aunque no se sabe con certeza dónde los llevaron, se cree que estuvieron en El Vesubio y en la Base de Submarinos y Buzos Tácticos de Mar del Plata, ciudad en la que la pareja había crecido. Sí es seguro que Cecilia fue conducida a la ESMA para parir y que su hijo fue apropiado por Jorge Vildoza, uno de los jefes de ese centro clandestino de detención. Javier Penino Viñas se hizo el análisis de ADN en 1998, pero hasta hoy sigue en contacto con sus apropiadores, situación que se vio facilitada porque tanto el ex marino como su mujer se escaparon del país en 1986. Ana María Grimaldos, la apropiadora, fue detenida la semana pasada y se declaró “viuda”. Ayer, la jueza María Servini de Cubría realizó cuatro allanamientos para buscar documentación que respalde o desmienta esa afirmación. Por el momento, en ningún papel el represor figura como muerto. En cambio, la magistrada encontró que desde 1987 y durante todo el tiempo en que estuvo prófuga la mujer cobró una pensión de la Armada.

El caso de Cecilia Viñas conmociona cada vez que se lo recuerda: entre diciembre de 1983 y abril de 1984, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, la joven se comunicó desde su cautiverio con su familia en ocho oportunidades. Durante esos llamados se enteró de que su hijo había sido robado y que no estaba con su familia. Javier, que había sido separado de su madre cuatro días después de nacer, tenía seis años y estaba siendo criado por los Vildoza. Su madre estaba desaparecida, pero viva.

Cecilia Viñas y Hugo Penino fueron secuestrados de su departamento de la avenida Corrientes al 3600. Ella era empleada administrativa en Nexo Publicidad y él en Ford Copello. A 35 años de su desaparición –se cumplen hoy– la Justicia sigue buscando al apropiador de su hijo y cabecilla de la ESMA. Servini de Cubría allanó ayer el edificio Libertad, sede de la Armada, el Instituto de Ayuda Financiera para Pagos de Retiros y Pensiones Militares, la Sociedad Militar de Seguro de Vida y la Dirección Nacional de Identificación Tributaria y Social. En ninguno de los documentos revisados en esos sitios aparece Vildoza como muerto.

Lo que pudo establecer el juzgado es que Grimaldos recibía una pensión durante todo este tiempo. Lo mismo ocurrió con Javier hasta los 18 años, mientras todavía llevaba el apellido Vildoza. El cobro se hacía a través de uno de los hijos biológicos del represor, Jorge Ernesto Vildoza, que como su hermano Angel Gustavo (capitán de corbeta en actividad) sería miembro del Servicio de Inteligencia Naval. Vildoza padre fue dado de baja en 1987 por su condición de prófugo.

Además de la reciente detención de Grimaldos, el caso de Cecilia Viñas y su hijo fue parte de la causa en la que se estableció que la apropiación de niños fue parte del plan sistemático de desaparición de personas de la última dictadura. Ya en 1979 la sobreviviente Sara Solarz de Osatinsky, quien asistió a secuestradas parturientas en la ESMA, declaró en París haber visto a Cecilia: “Fue traída de Mar del Plata. Era alta, de cabellos castaño oscuro. A fines de 1977 tuvo un varón. Luego fue trasladada sin su bebé”.

Los familiares de Cecilia y Hugo creen que éste es un momento clave en el que se podría echar luz sobre el destino del grupo de prisioneros que estaba vivo en 1984 y del que Cecilia formaba parte. Según lo que pudo decir la joven en esos llamados, ella y otros secuestrados estuvieron en Buenos Aires y Mar del Plata. El jefe de la fuerza de submarinos de la Base Naval de Mar del Plata, Roberto Pertusio, y su mujer figuran como padrinos del niño apropiado. Pertusio estaba en actividad en 1984, cuando, a partir de las comunicaciones telefónicas, el gobierno de Alfonsín realizó una estéril investigación sobre este hecho.

En 1998 Javier envió una carta al juzgado de Servini de Cubría en la que informaba que se había enterado “a través de noticias e Internet de que mi padre está acusado de no ser mi padre biológico sino un militar de actuación durante la década del ’70 y que me robó cuando era bebé”. Pocos meses después se presentó en forma espontánea para realizase el estudio de ADN con el que se confirmó su identidad. El joven tuvo contactos con su familia biológica, pero nunca cortó sus vínculos con los Vildoza. Actualmente vive en Londres con su mujer y sus hijos. “Mientras no tengamos a Vildoza, mientras no se haga justicia, yo no sé si él está libre. Pudo haber recuperado su identidad, pero no su libertad”, dijo su tío Carlos Viñas, cuando declaró como testigo en el juicio sobre el plan sistemático de robo de bebés.